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Lamentablemente el día de hoy la gente vota por partidos políticos y sus candidatos sin tomar en cuenta las plataformas políticas o propuestas de dichos partidos a “nivel Nacional”.
Pensamos que si un candidato dice que está a favor de la vida aunque pertenezca a un partido político promotor del aborto, queda desvinculado de lo que su partido promueve a nivel nacional, lo cual no solamente es totalmente falso, sino absurdo. Es obvio que si una persona pertenece a cierto partido político, es porque comulga plenamente con su plataforma política y propuestas; si no fuera así, simplemente no pertenecería a dicho partido, o bien pertenecería a otro.
Jesús dice: “ Digan sí cuando es sí, y no, cuando es no; todo lo demás se lo añade el demonio ” Mt 5,37
“O se es, o no se es”. Por lo tanto, tal candidato sencillamente “está mintiendo”.
Si votas por un candidato, "estas votando también por su partido".
Las consecuencias de votar por un partido o candidato de estos son verdaderamente graves, y estas abarcan dimensiones tanto sociales como espirituales (desintegración familiar, pérdida de la identidad familiar, mayor criminalidad, mayor pecado, etc.).
¿Qué tan responsables somos de que un partido político y sus miembros promuevan el aborto y otras graves iniciativas como las bodas de homosexuales, la adopción de bebés por homosexuales y la eutanasia?
“Somos totalmente responsables de sus actos”, ya que somos nosotros los que votamos por ellos para que nos representen en la toma de decisiones de temas tan delicados.
El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el arzobispo estadounidense Willian Joseph Levada, dijo el 10 de octubre de 2005, durante el Sínodo de los Obispos: “Es pecado votar por políticos y sus partidos que no combatan el aborto o ignoren doctrinas morales fundamentales”.
Y el patriarca de Venecia, el cardenal Angelo Scola, designado por el Papa relator general de aquel concilio, añadió:
“Existen católicos que no comprenden porqué es pecado apoyar políticamente a un candidato abiertamente favorable al aborto, entre otros actos graves contra la vida, la justicia y la paz. De esta actitud resulta evidente, entre otros aspectos, que está en crisis el sentido de la pertenencia a la Iglesia y que no es clara la distinción entre pecado venial y mortal. … Algunos reciben la Comunión aún negando las enseñanzas de la Iglesia o sosteniendo públicamente opciones inmorales, como el aborto, sin pensar que están cometiendo un acto grave de deshonestidad personal y causando gran escándalo”.
En conclusión: Somos también responsables de crímenes y errores en general que puedan suscitarse a raíz de votar por cierto candidato y su partido.
¿Y tú? ¿Crees en Dios? ¿en el derecho a la vida? ¿en la familia? o ¿solamente cuando te conviene creer en ello?
¿Eres católico(a) todos los días?, o ¿solo por una hora los domingos?
¡Piénsalo! ¡Decide bien tu voto!
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